¿Dónde están los límites en un biopic?

Hitch, especialista en cine

El director Pablo Larraín retrata un pasaje en la vida de Diana Frances Spencer con la actriz Kristen Stewart como protagonista. La cinta cubre un fin de semana crítico a principios de los años 90, cuando la princesa decidió que su matrimonio con el príncipe Carlos no iba en el camino correcto. Pero ¿hasta que punto un biopic retrata la realidad? Hitch, realiza un crítica ácida en tono de spot comercial donde podemos apreciar la facilidad con la que el guion de una película puede jugar con la realidad.

Diana era consciente de que su relación no estaba funcionando y que la "puesta en escena" que representaba para ser futura reina de Inglaterra no le otorgaría la felicidad. El drama que se nos cuenta supuestamente tiene lugar durante tres días, en una de sus últimas vacaciones navideñas en la Casa de Windsor, en la  finca de Sandringham en Norfolk, Inglaterra.

Cualquier historiador podrá apreciar sin lugar a la menor duda que resultaría en la práctica imposible retratar con precisión histórica esos 3 días sin un complejísimo proceso documental, entrevistas y careos que desde luego jamás ofrecería la familia real británica.

A lo largo de los años la figura de Diana ha sido objeto objeto de no pocas críticas, halagos y desinformación interesada en múltiples sentidos que ha hecho de su figura carne de los más lamentables programas del corazón.

La cinta se enmarca dentro de ese rio de suposiciones y melodramas que adornan las vidas de personalidades públicas cuándo son vistas desde la perspectiva de los telefilmes de media tarde destinados a fragmentar el intelecto y facilitar el transcurso de vidas anodinas.

Gran parte de los bipopics que pululan por la historia del cine no son más que lejanos retratos maquillados de mentiras y argucias para mantener al espectador sumido en el interés de sucesos que nunca ocurrieron como son relatados.

El método ha sido empleado sin reparos en múltiples ocasiones para ensalzar o denostar públicamente al retratado, pero los límites se superan cuando transformamos la adaptación en un sainete enmascarado de drama malsano para enturbiar una figura con un mero propósito mercantilista como pare ser que es el caso.

Hith, especialista en cine, ha utilizado los mismos mecanismos para generar una parodia de la propia cinta destacando ese uso mercantilista del drama y la manipulación interesada. Quizás la verdad sobre la vida solo la podamos encontrar en una amarga comedia surrealista que no niega su propósito en retorcidas reflexiones dramáticas.

​Autor y Diseño gráfico: Nerea González - Mani González

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