Aprovechando para redescubrir Avatar, algo más que efectos especiales

Está a punto de estrenarse la segunda parte de Avatar y no hemos podido resistirnos a comentar esta gran película, muchas veces maltratada injustamente, supuso avances técnicos y una reflexión valiente sobre la civilización.

Así que mientras podéis escuchar el análisis desde la reflexión de Amable Gago en nuestro Podcast de QB Inducido, disponible para la web y vuestra plataforma de podcast favorita desde el enlace a Quantum Babylon que os dejo aquí, yo voy a ofrecer mi punto de vista tanto técnico como respecto a la verdadera transcendencia que para mi tiene esta película.
 
Comenzamos!
 
Quien visionó Avatar en cine el día de su estreno y tenía ya cierta edad pudo sentir, al igual que debió ocurrirle con el estreno de Star Wars, que estaba presenciando algo más que un sensacional entretenimiento y efectos especiales. Estaba presenciando una evolución.

20th Century Fox/ Lightstorm / Giant

,​Con el tiempo casi no se recuerde y puede que se le reste importancia al riesgo que corrió James Cameron cuando se embargó en un proyecto tan ambicioso como Avatar, el cual tardo la friolera de 15 años en poder desarrollarse buscando financiación o la tecnología necesaria.
 
Para conseguir los resultados que vemos en la película James Cameron ideo una nueva técnica de rodaje en la que podía observar a tiempo real en un monitor a los actores con el universo creado digitalmente.
 
Esto le permitió un mayor control sobre las interpretaciones, una viveza y mayor naturalidad en los gestos, sobre todo faciales. Todavía no se ha superado el problema para los actores, el cual les impide a veces ponerse “en situación” pero supuso un avance indispensable.

20th Century Fox/ Lightstorm/ Giant

Para poder hacer realidad la visión que de Pandora tenía Cameron en su cabeza, se tuvo que investigar y desarrollar las técnicas de captura de movimiento hasta un punto que hoy en día probablemente no habríamos llegado sin el desarrollo de esta cinta, algo poco tenido en cuenta.
 
¿Sabéis que es caer en el "uncanny valley"? Pues consiste en que hasta aquel momento cuando veíamos un ser humano creado por CGI por muy real que pareciese notábamos que le faltaba expresividad, vida y alma. Así que las películas no paraban de producir un sinfín de CGIs que eran todos una serie de objetos muertos y sin vida que llegaron a hacernos añorar los efectos especiales tradicionales (efectos prácticos) donde al menos, podíamos presenciar algo que “con vida” aunque fuese una vida nacida del latex y la pasión de sus creadores.

20th Century Fox/ Lightstorm/ Giant

Camerón creó el escenario para captura de movimiento más grande del mundo usado hasta aquella fecha y se implementó un preciso sistema para capturar hasta la más mínima expresión por parte de los actores.

Al conseguir plasmar el máximo posible de las expresiones, se podía llegar a atisbar emociones reales que le permitían empatizar al público con los personajes y así poder dar credibilidad a una historia que de otra manera hubiese resultado profundamente aburrida.
 
Y aquí es donde Cameron demostró su genialidad, porque podía haber usado toda esa empatía digital para realizar una obra intrascendente a nivel humano, como un “Space Opera” o incluso una historia enfocada tan solo al interés de una pequeña parte de la humanidad. El sin embargo encontró la clave para realizar una crítica atroz a uno de los mayores problemas que de verdad aqueja a la humanidad sin que apenas nadie le frenase la producción de su épica cinta: La horrible capacidad del ser humano para arrasar con todo por codicia.

20th Century Fox/ Lightstorm/ Giant

​El director siempre ha sido capaz de denunciar temas muy sensibles y delicados en su cine sin el menor problema, gracias a una suma de espectáculo y ser consciente como todos los grandes del cine, que un mensaje si no llega al gran público no tiene efecto alguno sobre la sociedad.
 
En muchas cintas de Cameron está presente la sinrazón del horror militarista fanático, la destrucción de la naturaleza para el beneficio de unos pocos o hasta en Titanic, como quien no quiere la cosa, la tragedia de ser pobre en un mundo donde la vida vale el dinero que tenemos.

20th Century Fox/ Lightstorm/ Giant

​Una vez escuché una curiosa historia a un hombre muy mayor que nunca le había preocupado la ecología en toda su vida, estaba cansado de los mensajes apocalípticos y las denuncias de las organizaciones “verdes”, lo veía todo como política.
 
Hasta que un día, invitando al cine a su nieto, entró en una sala y “sintió” algo que le hizo entender donde estaba el problema. Comprendió por fin, el mundo que podía dejar a su nieto si la avaricia y la locura humana campaba a sus anchas.
 
Este anciano probablemente nunca quiso ver una película de Richard Attenborough, seguro que renegaría de Greenpeace y probablemente nunca verá “Okja” de Bong Joon-ho y sin embargo aquella aventura de la tribu Na’vi le ayudó a comprender algo esencial como ser humano.

20th Century Fox/ Lightstorm/ Giant

Esa capacidad de hacer algo inmenso, innovar, ser fiel a tu forma de pensar, aunque sea discutible en un mundo materialista e individualista y además, conseguir el éxito absoluto tan solo está al alcance de unos pocos, (no olvidemos que hablamos de la película más taquillera de la historia o la 1e súper producción concebida desde un primer momento para ser rodada en 3D Digital)

​No sé si Avatar 2 seguirá la estela o si le habrán dado la suficiente libertad para ser el mismo, pero a estas alturas eso ya no importa. Cameron logró crear esa magia perfecta con que todos esperamos disfrutar cuando entramos en una sala de cine, pero sobre todo, mientras tanto, hicimos la actividad que nos distingue de todo lo demás que existe en el universo conocido: pensar.

Autor y Diseño gráfico: Manuela González y Paloma Higueras 
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