China impone nuevas medidas hacía la independencia informática frente a occidente

​China ha ordenado a organismos del gobierno y empresas respaldadas por el Estado que sustituyan los ordenadores personales y software extranjeros por alternativas locales en el plazo de 2 años. A propósito ¿Cómo llevamos la Soberanía Tecnológica en Europa?​

Muchos consideran esta decisión como una respuesta a la campaña contra Huawei y las restricciones a la tecnología china que EEUU promueve desde hace un tiempo temeroso por el rápido desarrollo del gigante asiático.
 
Estos aranceles recientes o la inclusión de compañías chinas, dentro de la lista de entidades con las que las compañías estadounidenses no pueden hacer negocios han hecho reaccionar al Gobierno chino sobre su situación en futuros escenarios. Las restricciones probablemente han hecho ver a Pekín la frágil situación en la que podrían llegar a encontrarse si el soporte de estos dispositivos o su sistema operativo se detuviesen (amén del coste que suponen las importaciones de tecnología)
 
Sin duda este proceso, cuyo comienzo será probablemente en mayo, es uno de los esfuerzos más serios hasta la fecha para reducir la dependencia y el uso de tecnología extranjera, máxime con las tensiones desatadas tras el conflicto en Ucrania.
 
Se trata de una medida que supone la sustitución de más de 50 millones de equipos fabricados por compañías extranjeras en favor de empresas locales como la ya posicionada Lenovo y la erradicación de Windows (Probablemente hacia una variante de Linux) Y no es la primera  que toma, en 2019 China ya comenzó a legislar en ese misma dirección aprobando un plan para que todos los servicios gubernamentales hiciesen algo similar, para así cumplir con la Ley de Seguridad Cibernética china de 2017.
 
Cualquier potencia que se precie de serlo debe de dejar de depender en cuestiones de tecnología punta de otras potencias, a esto lo podemos llamar “Soberanía Tecnológica” ¿Creéis que Europa es consciente y está a la altura de las circunstancias?
 
 
Más allá de que somos aliados históricos de EEUU resulta obvio, sobre todo para España, que estamos a años luz de tal soberanía, lo cual sumado al incremento incesante de la obsolescencia programada nos coloca estratégicamente en una situación difícil.
 
 
Resulta lógico pensar (dada la falta de interés que ha tenido gran parte de Europa en dar prioridad a este sector durante muchos años) que la colaboración y una cierta dependencia de nuestros aliados es inevitable a medio plazo, pero la dependencia en la mayor parte de los sectores de la economía de estas tecnologías, en caso de un fallo, suspensión del soporte o suministro podría avocarnos a un colapso o una crisis difícil de superar (pensemos en la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania)
 
 
En geopolítica las complejas y a veces frágiles interdependencias pueden romperse más rápido de lo que imaginamos (ya hemos visto la rápida traslación de la subida del crudo a los precios de “casi todo”)

hora imaginemos una subida o “corte” en la informática.