Visitando OXO - El Museo del Videojuego de Málaga

19/3/2023

Videojuegos - Retrogaming - Digital Art

Visitamos OXO - El Museo del Videojuego de Málaga, uno de los más originales y especiales que hay en España y hoy quiero compartiros una experiencia que todos disfrutamos de principio a fin.

Son 2.000 metros cuadrados dedicados al ayer, el hoy y el futuro de los videojuegos, pero como no! Lo que más me gustó era que se podía jugar una innumerable diversidad de videoconsolas y máquinas arcade que están allí expuestas.

Una de las primeras cosas que llama la atención es el diseño y la iluminación, mezcla futurista y retro con iluminación azul y roja organizada con gusto y sin estridencias. Pero lo bueno llega con la disposición de los stands. Y siiii! Uno para Dinamic donde disfrutas con las portadas de Azpiri

El orden no es monótono y secuencial eso lo hace más entretenido -en la 1era imagen se puede ver un stand de Play Station junto a una buena colección “pecera” de Doom y Quake que demuestra que quien montó el museo sabía realmente lo que se hacía, pero lo mejor te encuentras en la misma cristalera un modem de 56K, Monkey Island, Dragon’s Lair y Alone in the Dark junto a un montón de gráficas antiguas VESA y PCI y discos duros de unos 40 MBs. Es emocionante cuando piensas: “ese lo tengo!... y ese lo jugué” es divertidísimo!!

Pero volvamos a la llegada! El recibimiento ya es espectacular, con un video tridimensional que cubre las paredes y te mete dentro de los videojuegos, no es exactamente “3D” pero es muy inmersivo y desde luego más cómodo de disfrutar. Personalmente me gustó mucho el concepto

Luego te adentras en el pasado, que sin duda es la zona que más me gustó. Puedes disfrutar temáticamente todo clase de consolas, la colección de Sega, de Amiga, de Atari, de Spectrum, etc, todas están realizadas con gusto y el uso de toda clase de televisores y monitores CRT se agradece.

La exposición de consolas clásicas es soberbia te paralizas ante la presencia de una Magnavox Odyssey de 1972, a la vez junto a ella, una Atari VCS, una Jaguar o una Fairchaild Channel F de 1976. Y si amas esto, un escalofrío recorre tu médula espinal.

La decoración no es un mero atrezo sin sentido, esa maravilla de figura de E.T. junto al cartel que nos recuerda el épico tortazo que se metió el juego de Atari (malo con avaricia, que en aquella época era decir mucho) hace que sientas que han sabido solucionar faltas con amor.

Además, ya no es que existan muy pocas copias de ese mítico cartucho, si no que realmente no echas en falta nada representativo y os garantizo que con mi nivel del tema, sin querer presumir, pues no me considero una experta ni mucho menos, eso ya es difícil, muy difícil.

Llegué muy emocionada, venía para celebrar un éxito muy importante que habíamos tenido en Quantum Babylon y de pronto todo se olvidó, estaba embrujada (que por cierto, significa que en unos dias pasaré a diseño artístico, aunque sigo por @QB_Ocio, ya os contaré)

La hora y media de la visita se me hizo casi instantánea, ahí estaban todos los mitos de mi infancia, PC y las diferentes consolas de mi vida desfilando ante mis ojos! Jugué versiones que no había probado antes y sentí, casi, casi sensaciones que supongo que otra generación debió experimentar.

Era imposible resistirse a jugar una partida al Street Fighter 2 con esos botonazos al estilo mecánico de toda la vida, mientras por el rabillo del ojo mirabas una imagen del Doom (centro derecha) con el tipo y la escopeta mientras piensas “Qué hace ahí, que hace ahí?”

Hay tantas imágenes, tanto hardware, tantos juegos (y os confieso que nosotros sumaremos más cartuchos, discos y disquetes por QB) que te pasarías horas para verlo todo mientras dices: “¡ese lo tengo!” “¡ese lo quiero!” “¡ese lo tengo para PC!” y mientras sueñas con tener una Magnavox

Me llamó mucho la atención ver un Commodore PET de 1978, pues en nuestra sede tenemos como “mascotas” un Sinclair QL de 1era generación (el del chip puenteado) y un Commodore CBM 8000 en funcionamiento, que era como el “hermano mayor de esa serie”. Nos falta el hermanito!

Es difícil explicar enseñando en un emulador actual y una pantalla TFT/LED de alta definición actual la fascinación electrizante que debía producir jugar con estas máquinas cuando eran solo oscuros objetos del deseo inalcanzables para muchos, pero el museo lo consigue !

Me sorprendía ver como niños pequeños jugaban a las diferentes máquinas recreativas y consolas completamente electrizados por esas pantallas CRT, totalmente sorprendidos por esos Joysticks sin 20 botones y las envolventes luces de una sala de arcade como la de la clásica película Tron.

Si amáis los videojuegos id y disfrutad, pero si no os gustan, quizás, aún es más necesario que vayáis porque os estáis perdiendo comprender una parte importante de la cultura contemporánea y que personalmente puso colofón a una etapa en Quantum Babylon.

Luego las malagueñas regamos la celebración y mi cambio de puesto con margaritas, “ombligos peludos” y unas cuantas locuras mejicanas muy a juego con el colorido y original museo que acabábamos de visitar. *El restaurante se llama “La tía Juana”, estuvo también genial! Muy recomendable ya no solo por la calidad, si no para disfrutar con una decoración trabajada al milímetro.

En resumen, ver la máquina de Simon concebida por Baer y Morrison en 1978 (centro dcha.) junto a la Odyssey y todos aquellos aparatos primigenios te hace pensar y recapacitar sobre como influyeron en otras generaciones de una manera que nunca pensamos.

Nuestro carácter y lo que somos se compone de un bagaje vital donde la cultura que vivimos es un elemento esencial de nuestro ser y desde 1972 concebirlo con precisión sin los videojuegos o lo que sintieron al jugar al Pac Man en una sala recreativa se me antoja ahora imposible.

Autor y diseño: Paloma Higueras / Manuela González

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